Quienes hemos tenido la desdicha de vivir la pérdida de una mascotas: perrito o gatito u otro animalito, sabemos el dolor profundo que eso genero en nosotros. Actualmente para una parte de la sociedad ha cambiado un poco la visión que tiene sobre las «mascotas», ya no son el perro del patio o el gato que mantiene la casa libre de ratones.
Hoy nuestros animales de compañía son familia, son hijos, son nietos, son primos, son parte del núcleo familiar.
De ahí que los lazos que entablamos con ellos son tan fuertes. Por eso perderlos supone un dolor tan grande.

Qué dice la ciencia de este «duelo»
Un estudio realizado en 2009 por los doctores Julie Adrian, Aimee Deliramich y Christopher Frueh «Duelo complicado y trastorno de estrés postraumático en la respuesta de los seres humanos a la muerte de mascotas / animales» tuvo como resultado que el 30% de los participantes tuvieron muestras de tristeza y dolor 6 meses (o mas) después de la pérdida de la mascota.
Los lazos afectivos.
Los perros se han vuelto parte esencial de nuestra vida, son nuestra compañía constante y en muchos casos reemplazan las relaciones afectivas humanas, cada vez es mas común que las personas decidan no tener hijos humanos y en cambio se dedican al cuidado de un perro o gato.
Es imposible no generar entonces lazos afectivos fuertes hacia este ser que solo responde con amor hacia nosotros.
La pérdida de una mascota, perro o gato es tan dolorosa como la de cualquier otro ser querido.
Sin embargo socialmente aun no es aceptada como tal y eso vuelve aun mas difícil el proceso de duelo, porque muchos no entienden el impacto que esta pérdida supone para el doliente.
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Y al igual que una perdida humana el duelo se componen de etapas. Desde 1969 la psicología domina la teoría de las 5 fases del duelo, desarrollada por la psiquiatra suizo-estadounidense Elisabeth Kübler-Ross: negación, ira, negociación, depresión y aceptación

Las 5 etapas del Duelo
La negación: Negar la pérdida de una mascota es una reacción que se produce muy habitualmente de forma inmediata después de ésta. Con frecuencia se presenta junto a un estado de shock o entorpecimiento emocional y a veces cognitivo.
La ira: Una vez que comienza el fin de la negación, empiezan a aparecer muchas emociones y sentimientos, de frustración, impotencia, enojo, tristeza; que dan como resultado la rabia y la ira.
Durante esta etapa la persona buscará culpar a algo o alguien, generalmente a sí mismo por lo sucedido.
Negociación: En esta fase la persona tiene esperanza de que nada haya cambiado. Un ejemplo clásico son los pacientes terminales que intentan buscar más opciones de tratamiento aunque ya saben que no hay cura posible.
Depresión: En este periodo la persona comienza a aceptar de forma definitiva la realidad de la pérdida, y esta aceptación tiene como resultado la tristeza y desanimo, además de otros síntomas comunes de los estados depresivos.
Al perder a un ser querido, en este caso a nuestra mascota, nos enfrenta de lleno a nuestra propia muerte y eso repercute en el sentido de la vida para nosotros.
Aceptación: Después de vivir las 4 fases anteriores finalmente llega la aceptación de la pérdida y una sensación de tranquilidad relacionada con comprender que la muerte es parte de la naturaleza y de la vida misma.
Es importante que pasemos por cada etapa del duelo, para poder apreciar lo que fue vivir con nuestros perros. Siempre habrá un poco de dolor al recórralos y los seguiremos extrañando por siempre.
Pero los momentos felices junto a ellos serán revividos de mejor manera. Nos podremos reír de sus «gracias» y contar sus anécdotas, recordándolos con felicidad y amor.
Aceptar que la mascota ya no está puede ser muy difícil, pero es un paso necesario para superar el duelo. Hablar sobre la mascota y compartir recuerdos con amigos y familiares puede ser una forma de honrar su memoria.
También es importante reconocer los sentimientos de tristeza y dolor, y no intentar negarlos. Hacer alguna actividad que te mantenga ocupado, como leer un libro, practicar algún deporte o pintar, puede ser una forma de distraerse.
Si es posible, también puedes hacer una ceremonia para recordar a la mascota y homenajear su memoria. Adoptar a otro animal puede ser una opción, todavía tienes mucho amor para entregar y esta lleno de perros o gatos que necesitan ser adoptados.
Pero al final, lo mas importante, es que tienes que aprender a vivir sin ella.
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